No es casualidad que tu oreja tenga forma de útero. Todo lo que oyes, sea bueno o sea malo, puede ser concebido a su debido tiempo. La forma en que nuestro cuerpo está diseñado no es un mero accidente; cada parte tiene un propósito y una conexión profunda con nuestra esencia y nuestro ser.
TEN CUIDADO CON LO QUE ESCUCHAS, SEA PALABRAS O MÚSICA, porque de eso se llenará tu corazón y se reflejará en tu exterior. Las palabras y los sonidos que permites entrar en tu ser tienen el poder de moldear tu realidad, de influir en tus pensamientos y emociones. Así como el útero es un espacio sagrado donde se gesta la vida, tus oídos son portales que pueden nutrir o contaminar tu alma.
La sabiduría del cuerpo nos enseña que somos seres integrales, donde cada parte está interconectada. Lo que escuchas no sólo afecta tu mente, sino también tu cuerpo y espíritu. Las vibraciones de la música, las palabras de aliento o de crítica, todo ello se convierte en parte de ti, en energía que puede elevarte o hundirte.
Vía: (Anónimo).
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