En lo más profundo del centro de mi ser hay un infinito manantial de amor.
Ahora permito a este amor flui9r a la superficie. Llena mi corazón, mi cuerpo, mi mente y mi conciencia, mi ser esencial, y se irradia desde mí hacia todas direcciones, regresando a mi multiplicado. Entre más amor utilizo y doy, más amor tengo para dar, pues es interminable. El utilizar el amor me hace sentir bien, y es una expresión de mi alegría interior.
Yo me amo a mi mismo, por lo tanto cuido mi cuerpo. Y lo alimento amorosamente con nutritivas comidas y bebidas. Amorosamente lo arreglo y lo visto, y mi cuerpo me responde con su vibrante salud y energía.
Me amo a mi mismo, por lo tanto me proveo de un hogar confortable, uno que llene todas mis necesidades y en el que es un placer estar.
Lleno los espacios de ese hogar con la vibración del amor para que todo aquel que entre, incluyéndome a mí, sienta este amor y se sienta alimentado por él. Yo me amo a mi mismo, por lo tanto trabajo en u empleo que realmente me gusta, uno que utiliza mis talentos creativos y habilidades, trabajando con y para la gente que amo y me ama, y teniendo un buen ingreso. Me amo a mi mismo por lo tanto, me comporto y pienso de una manera amorosa para toda la gente pues sé que lo doy, regresa a mi multiplicado. Yo atraigo solamente personas amorosas a mi mundo pues son ellos un espejo de lo que soy. Yo me amo a mi mismo por lo tanto, yo perdono y libero completamente el pasado y todas las experiencias pasadas y soy libre. Yo me amo a mi mismo por lo tanto, vivo totalmente en el ahora, experimentando cada momento plenamente y sabiendo que mi futuro es brillante, alegre y seguro, ya que soy un hijo amado del universo y el universo me cuida amorosamente hoy y para siempre.
Y Así es… Louise L. Hay