Cuando una persona nace en Luna Llena, es decir, cuando el Sol y la Luna están diametralmente opuestos en el firmamento y, por consiguiente, en la Carta Natal, recibe influencias de esas dos luminarias en su carácter, cuerpo y destino. Sin embargo, este aspecto planetario no confiere unas particulares influencias muy estrictas o un destino muy concreto, sino que viene a otorgar unas características generales y un flujo de conjunto.
Esta oposición Sol-Luna es índice muchas veces de un conflicto entre los deseos conscientes y la mente y tendencias del inconsciente, lo que puede transformarse en un carácter algo vacilante, variable, caprichoso, falto de decisión y con poco sentido de la rutina y de la perseverancia, lo que influye de manera general en todos los planos de la existencia.
En conjunto, se es muy susceptible, extremadamente sensible y se está predispuesto a romper con ataduras y relaciones a la menor excusa o aprovechando la oportunidad más nimia.
Por otro lado, las estadísticas astrológicas demuestran que la oposición Sol-Luna no favorece el entendimiento entre los padres del sujeto ni la estabilidad conyugal o familiar. Además, no se acepta fácilmente la autoridad paterna o materna, ya que el carácter no resiste restricciones ni imposiciones de los demás. Esta posición presagia, incluso, dificultades para aceptar el papel de madre o de padre, ya que, salvo excepciones, las amargas experiencias sufridas en la niñez o juventud quedan muy grabadas en el espíritu de la persona.
En el plano amoroso-sentimental, indica inestabilidad, al igual que en el profesional-laboral, puesto que hay riesgos de problemas con los superiores o mandos (representados por el Sol), particularmente en el caso de una mujer.
Por lo que respecta a la salud, no sólo se corre peligro de tener una constitución débil o falta de vitalidad, sino que la persona recibe dosis excesivas de nerviosismo, inquietud e, incluso, cierta predisposición a las dolencias psicosomáticas.
La Luna Llena es símbolo de madurez, de plenitud, lo que parece indicar que los nacidos en día de plenilunio están destinados a valerse por sí mismos y a tener responsabilidades a edad temprana. Probablemente tienen muchas experiencias y madurez acumuladas de pasadas reencarnaciones, pero de tipo tensional o conflictivas.
Además los nacidos en plenilunio han de cuidar mucho su aparato digestivo, sobre todo estómago y esófago (es especial los que pertenecen a los signos de cáncer y Capricornio) y el corazón y circulación de la sangre (en particular los que son Leo y Acuario). Pero, por encima de todo, se tiene que vigilar el sistema nervioso.
Vía: Guía práctica de astrología.