El niño(a) interior lastimado(a):

Inconscientemente el esposo representa al papá en el matrimonio, la esposa representa a la mamá. Si soy hombre y tengo odio contra mi mamá y no la he perdonado ¿contra quién voy a proyectar ese rencor? Si eres mujer y tu papá nunca te puso atención ¿A quién exigirás demasiada atención? Si mi mamá cocinaba muy bien ¿Cómo voy a querer que cociné mi esposa? Si eres mujer y tu padre era muy agresivo y no has sanado eso ¿cómo reaccionaras cuando tú esposo se alteré? Si tú papá era muy cariñoso ¿Cómo querrás que sea tu esposo? Si tú papá tomaba en exceso inconscientemente te gustarán los alcohólicos o los aborrecerás, etc., etc. No solo son reclamos inconscientemente de lo malo a nuestra pareja, también de lo bueno de nuestros padres.

Por eso es importante sanar la relación con papá y mamá, porque si no, nuestro niño interior lastimado, seguirá afectando cada parte de nuestra vida consciente o inconscientemente.

El niño o niña interior lastimada genera, divorcios, adicciones, suicidios, infelicidad, depresión, ansiedad etc. En función de las heridas recibidas de los padres, crea patrones familiares tóxicos que duran generaciones, como alcoholismo, esquizofrenia, drogas, personas que no se casan, relaciones de adulterio, hijos fuera del matrimonio, etc.

El niño interior lastimado es lo que te modelaron que fueras, es tus hábitos anquilosantes, es tus experiencias traumáticas, es tus errores típicos, es el guion dramático que te escribió algún padre tóxico (si lo tuvieras) y que sigues representando inconscientemente en el teatro de la vida, es lo que la vida te ha hecho creer que eres…

Es falta de amor de papá o de mamá, tal vez de ambos, es bullying en la escuela, es falta de atención de los progenitores, es abuso físico, verbal o sexual, es golpes.

Es lo que viviste en tu infancia y te generó heridas emocionales. Eso es el niño, o niña interior lastimada.

Todo eso, más el modelamiento que recibiste de tus padres, se podrían comparar metafóricamente a una botella que nos da forma aparente, pero somos agua, el agua contenida en esa botella.

El agua es libre, pura, no tiene límites, fluye constantemente, no recuerda nada porque todo va dejando atrás de su curso.

Tu eres el agua, no eres esa botella que te quiere dar forma en función de tus heridas, condicionamiento o niño(a) interior lastimado.

Tú no eres la botella, eres el agua, trasciende tus límites, tienes el potencial, solo debes creer en ti.

Vía: Psicólogo: David Emmanuel Delgado Sinecio.©️

INFORMES TIENDA VIRTUAL DE TÁVATA: Tels.: 3113597567

Artículos Relacionados

NO TE ADUEÑES DE UNA ENFERMEDAD. 

Mucha gente tiene el hábito de decir:  soy diabético o soy hipertenso, y demás…  Cuando dices ” Yo soy ” entonces eres