El desapego no implica que no podamos disfrutar de las cosas buenas que el mundo nos ofrece. En realidad nos ayuda a disfrutarlas todavía más.
Una vez que reconocemos y aceptamos que todas las cosas son transitorias y que el cambio es inexorable, podemos disfrutar los placeres del mundo sin temor a la pérdida y sin angustia frente al futuro. Cuando nos desapegamos, podemos ver las cosas desde un punto de vista más elevado en lugar de quedar atrapados por los acontecimientos de la vida. Somos como el astronauta que ve el planeta Tierra rodeado por el espacio infinito y reconoce una verdad paradójica: que la Tierra es preciosa pero insignificante al mismo tiempo.
El hecho de reconocer que “esto también pasará” trae consigo el desapego y éste, a su vez, nos abre una nueva dimensión en la vida: el espacio interior.
Vía: • Eckhart Tolle •