Estas son algunas de las palabras sagradas más conocidas en distintas regiones de diferentes etnias, filosofías o religiones.
AMEN: (en hebreo, אמן, amen; en árabe آمين āmīn) es una palabra semítica que se traduce como «así sea», con un sentido de aprobación, o «así es», como reafirmación de la Fe. Empleada en el judaísmo, posteriormente adoptada por el cristianismo y el islam. Esta palabra es una de las aclamaciones litúrgicas más constantes y frecuentes, y se utiliza generalmente como fórmula para concluir trascendentemente las oraciones y elevarlas en una Espiritualidad que le da un gran valor y una mayor contundencia.
BENDICIONES: El término bendición proviene de un vocablo latino que hace referencia a la acción y efecto de bendecir. Este verbo, por su parte, es una forma de denominar la acción de alabar, ensalzar o engrandecer, de consagrar algo al culto divino o de invocar la bendición divina a favor de algo o de alguien.
Una bendición es la expresión de un deseo benigno dirigido hacia una persona o grupo de ellas que, en virtud del poder mágico del lenguaje, se espera que ayude a lograr que ese deseo se cumpla. Gramaticalmente, se trata de oraciones con modalidad desiderativa.
OM: Es el símbolo de lo esencial en el hinduismo. Significa unidad con lo supremo, la combinación de lo físico con lo espiritual. Es la sílaba y el término sagrados, la primera vibración del Todopoderoso, el sonido del que emergen todos los demás sonidos, la manifestación suprema del Universo y el Cosmos, ya sean de la música o del lenguaje divino.
La meditación en el OM satisface todas las necesidades y lleva al moksha (liberación espiritual). La mayoría de los rezos y lecturas sagradas, son precedidos por la pronunciación de esta imponente y majestuosa palabra.
OM MANI PADME HUM (HUNG): En budismo tibetano se piensa que recitando el mantra de Chenrezig, Om Mani Padme Hum, ya sea a viva voz o mentalmente para uno mismo, invoca la poderosa y benevolente atención de Chenrezig, la expresión de la compasión de Buda. Se dice que ver el mantra escrito tiene el mismo efecto, por lo que puede encontrarse en lugares donde sea bien visible, incluso grabado en piedras.
Lo mismo ocurre haciendo girar la forma escrita del mantra en una rueda de oración, así que existen muchos de estos cilindros con “om mani padme hum” escrito muchísimas veces en su interior, incluso millones. Hay ruedas pequeñas que puedes llevar encima y girar con una mano, y otras tan grandes que necesitan el impulso de varias personas. Según los maestros del budismo tibetano, todo el conjunto de las enseñanzas del Buda está contenido en el mantra Om Mani Padme Hum.
Ahora sí, vamos a ver paso a paso y de forma más “técnica” el poder de Om Mani Padme Hum:
Cada sílaba de Om Mani Padme Hung nos permite cerrar la puerta a renacimientos en alguno de los seis ámbitos que componen la existencia cíclica:
Om: Meditación / Dicha. Purifica el orgullo / ego.
Ma: Paciencia. Purifica la envidia / Lujuria por el entretenimiento.
Ni: Disciplina. Purifica la pasión / deseo
Pad: Sabiduría. Purifica la estupidez / prejuicio
Me: Generosidad. Purifica la pobreza / deseo de poseer
Hum: Diligencia. Purifica la agresión / odio
NAMASTÉ: De la unión de “sandhi” entre “Nama” y “te”, es una expresión de saludo de Asia del sur originado en India, que se usa como cuando podríamos usar hola y adiós en nuestro idioma. Pero el significado es bastante diferente, sin embargo.
En sánscrito, na refleja una simple negación, Maā señala al ego, refiriéndose al “yo” o al “mi”. De esta manera nama significa “inclinación, homenaje, saludo reverencial, adoración a la verdad interna del otro”, pero no refiriéndose a su ego.
Te es el dativo del pronombre personal tvam, “usted”. Una traducción literal de namasté es, de este modo, “un saludo reverencial a su interno”.
Normalmente se acompaña por una inclinación ligera hecha con las palmas abiertas juntas, delante del pecho.
En un contexto religioso esta palabra puede tomarse para significar cualquiera de los siguientes casos:
- El Espíritu en mí se encuentra identificado con el espíritu presente en ti.
- Yo saludo ese lugar dónde tú y yo somos uno.
- Me inclino ante lo divino que hay en ti.
- Yo reconozco que dentro de cada uno de nosotros hay un lugar dónde la Divinidad mora, y cuando nosotros estamos en ese lugar, nosotros somos Uno.
- Mi energía más alta saluda tu energía más alta.
- El Dios en mí ve y honra el dios en ti.
- Pueda el Dios dentro de ti, bendecirte.
En otros términos, este saludo reconoce la igualdad de todos, y rinde honor a la santidad e interconexión de todos, así como a la fuente de esa unión.
Espera la continuación de algunas palabras sagradas.
Vía: Anónimo