Cuando el Sol (que representa el principio masculino, la autoridad, la vitalidad, la actividad, el padre) y la Luna (el principio femenino, el hogar, la sumisión, la pasividad, la mente instintiva) están juntos (aparentemente) en el firmamento, dando lugar a una conjunción (Luna Nueva, cuando la Luna está plenamente oscura o apagada).
Asimismo, esa conjunción confiere un fuerte magnetismo personal, buen o mal entendimiento entre los propios padres (según que la conjunción esté bien o mal aspectada por otros planetas en la carta astral o natal) por lo general puede augurar conflictos entre ellos.
En una mujer nacida bajo la Luna Nueva hay poco sentido de docilidad y muchos deseos de independencia respecto al hombre y a los padres. Esta inclinada a tomar decisiones por su propia cuenta, a tener su propia vida y a realizarse a través de la creatividad, de la investigación o del mundo de los negocios.
En un hombre, esta combinación puede dar lugar a una sensibilidad pasiva, a tener muchas fantasías y vivencias interiores y a no atinar a dirigir los esfuerzos y anhelos hacia una actividad constructiva o muy dinámica.
Sentimental y matrimonialmente es un índice de conflictos, falta de compenetración conyugal e inestabilidad hogareña; suele presagiar más separaciones, peleas y frustraciones que alegrías y satisfacciones. La persona nacida en un día de Luna Nueva ideal elegir a su cónyuge con sumo cuidado y sin dejarse llevar por el corazón o por las apariencias de la persona; de lo contrario0, sufrirá un gran desengaño.
Tanto para bien como para mal, la conjunción Sol –Luna (Luna Nueva) ayuda a conseguir popularidad y renombre, aunque con muchas tensiones e inclina mucho a ser vanidoso y orgulloso.
Vía: Guía Práctica de Astrología