Realmente la toxicidad no se encuentra en ninguna persona, sino en nuestra forma de relacionarnos.
Lo tóxico de cualquier veneno no es su naturaleza, sino su efecto en nuestro cuerpo cuando entramos en contacto con él.
Con las personas sucede lo mismo, cada relación tóxica es un aprendizaje potencial acerca de lo que necesitamos incorporar para desarrollar nuestra coherencia y respeto por nosotros mismos.
Vía: Enric_Corbera