La deuda se genera cuando sentimos que debemos recibir algo a cambio de una cosa que hacemos por alguien o que debemos dar algo a cambio de una cosa que otro hace por nosotros. La deuda es entonces una forma de costo y, a nivel interno, se presenta como culpa o vergüenza.
El cambio de perspectiva para no generar deuda en tu vida es muy sencillo: cambia las palabras culpa y vergüenza por responsabilidad.
Para activar el equilibrio económico debes cuidar que tus deudas nunca sean más que tu crédito; es necesario liquidar y pagar interna y externamente lo que debes. El universo funciona como los bancos: a quien tiene deuda no se le da crédito. Por eso liberar la deuda es un factor clave para acceder a la abundancia.
Ejercicio
Me liberó de la deuda.
Materiales: hoja de papel, lapicero y lápices de colores.
En una hoja de papel, escribe de manera breve y concisa todas las deudas internas y externas que reconozcas en ti. Las deudas internas son contigo mismo por no haber logrado los objetivos que deseabas en tu vida y las externas son con otros. Examina las áreas y las relaciones más importantes de tu vida y pregúntate:
¿En dónde o con quién siento culpa o vergüenza?,¿quién creo que me debe algo?
Me siento en deuda conmigo por no haber estudiado la carrera que deseaba (deuda interna), me siento en deuda con mi hijo por no poder comprarle el juego que deseaba (deuda externa), siento que mi madre está en deuda conmigo por no haberme dedicado el tiempo suficiente (deuda externa).
- Subraya cada deuda con el lápiz de color que sientas que le corresponde.
- Recorta cada deuda, de manera que cada una te quede en un papel distinto.
- Toma cada deuda entre tus manos. Léela, siéntela en todo tu cuerpo y rómpela diciéndole en voz alta: “Perdóname, te perdono y me perdono”.
- Cuando tengas todas las deudas rotas, tíralas a la basura diciendo: “Reconozco que todas estas deudas están fuera de mi realidad”.
- Celebra que tú realidad ahora está libre de deudas. Por ejemplo, toma una copa de vino, come algo que te guste o baila.
Vía: Miguel Valls