En Constelaciones familiares
Tú eres quien eres gracias a una madre y a un padre que se “unieron” para darte la vida.
Eres 50% mamá y 50% papá, energía femenina y energía masculina. No puedes excluir ni rechazar a ninguno de los dos, por este motivo es necesario tomar a la madre y tomar al padre por igual.
Sí, a veces lo que te dan, quizás no sea de tu agrado, aunque cuando llegas a una edad adulta, lo que hagas con tu vida sólo depende de ti y es absurdo que te pases los días, meses y años despotricando y culpando a tus padres de tu destino.
Al igual que la madre te da un tipo de energía que se relaciona con determinadas cosas de tu día a día, la energía de padre se relaciona con otras:
En las constelaciones familiares, la energía del PADRE es:
La autoridad, firmeza, decisión.
De él tomas la fuerza para conseguir tus objetivos.
Es la energía que te permite poner límites.
Ayudar a saber de dónde vienes y enfocarte a dónde vas.
Ofrece usar tus capacidades a todos los niveles.
La posibilidad de tomar la energía del mundo, que te hace ir hacia fuera.
Concretar proyectos, salir del nido y avanzar en tu vida.
Enfocarte en la parte más social y laboral.
La ayuda para tener un pensamiento lógico, lineal y matemático.
La determinación a empezar nuevas relaciones, emigrar, cambiar de trabajo para prosperar…
Total… que si te enfadas con tu padre, lo rechazas o lo excluyes, estás rechazando a la mitad de ti.
No tomar al padre hace que mirar hacia tu futuro y avanzar sea muy complicado.
Si lo piensas, estás aquí por la aportación de papá que te dio la vida al unirse al óvulo de mamá. Sin él sencillamente no estarías aquí.
Desde la gestación, tu relación con mamá es mucho más estrecha que con papá, con él esta relación tuvo que ser hecha posteriormente al nacimiento.
Según Bert Hellinger, padre de las Constelaciones Familiares, al padre se le toma a través de la madre. Es ella quien deja o no tomarlo.
Hay ocasiones en que mamá excluye de una forma u otra a papá, a través del miedo, el menosprecio, apartándolo de sus hijos o no permitiendo la relación padre-hijo.
Esto conlleva consecuencias a posteriori.
¿Cuáles son las consecuencias de la exclusión del padre?
Cuando una madre impide que un hijo tome a su padre, le está negando el éxito social, le quita fuerza, le crea una personalidad llena de estrés y hace que pierda el equilibrio interno de las dos partes.
Rechazar o excluir al padre hace que te quedes atascado en esa energía de lucha.
Aparecen las críticas constantes y un reclamo desde el niño, no desde el adulto. Con este reclamo sigues pidiendo lo que no te pudo dar en su día.
Puede manifestarse a través de ciertas adicciones, como el alcohol, el tabaco o algunas drogas.
Tomar al padre a través de la madre.
La madre da protección, cuidado y abre a una supervivencia desde su útero.
Si la madre ve al padre con amor, reconociendo en él un hombre con un linaje masculino lleno de fuerza, reconoce también a sus antecesores.
Si es así, el hijo o la hija puede ir hacia el padre con fuerza.
Por este motivo, el primer paso para tomar al padre, es tomar a la madre.
Tomar a mamá es tomar la vida tal cual es y al hacerlo, ella te da el permiso para tomar a papá.
Es la madre quien incluye al padre en el corazón de los hijos.
Si anteriormente mamá no te dio el permiso para tomarlo, quizás fue porque estaba enfrentada a él de una forma implícita o explícita.
Es fundamental para hacer estos pasos de tomar a la madre y al padre tener integrados los Órdenes del Amor.
REFLEXIÓN
Deja de juzgar a tu padre o al padre de tus hijos. Cuando lo juzgas, juzgas a tus padres y a tus ancestros compuestos de tu propio padre, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos.
Todos llegaron con una finalidad. Darte la vida. Ser el medio para estar con vida desarrollando tus capacidades y virtudes.
Hónralos.
Te honro Papá y te tomo hayas sido como hayas sido. Es un honor ser tu hijo aun con todo lo que pasaste en tu infancia que te afectó y eso también tuvo afectaciones en mí. Sé que no sabías ser papá pero valoro todo tu esfuerzo. No tengo nada que reclamarte. Si alguna vez lo hice te pido perdón, el dolor no me dejó ver que mi vida era más fácil y no vi lo difícil de la tuya. Te tomo como tomo a mi madre. Gracias por permitirme vivir. Mi vida es mi más grande herencia y te la debo a ti tanto como a mi madre.
GRACIAS PADRE POR MI VIDA.
Te amo y te honro por SER, porque desde tu ser… YO SOY.
Vía: Bert Hellinger