Una niña encantadora sostenía dos manzanas con ambas manos. Su mamá entró y suavemente le preguntó a su pequeña hija con una sonrisa: cariño, ¿podrías darle a tu mamá una de tus dos manzanas? La niña miró a su madre durante unos segundos, luego, de repente, le dio un mordisco rápido a una manzana y luego rápidamente a la otra. La madre sintió que la sonrisa en su rostro se congelaba y se esforzó por no revelar su decepción.

Entonces la niña le entregó una de sus manzanas mordidas a su mamá y le dijo: mami, toma esta, es la más dulce!

No importa quién sea usted, qué tan experimentado sea y qué tan informado crea que es, siempre retrase el juicio. Dé a otros el privilegio de explicarse. Lo que ve puede no ser la realidad. Nunca concluya por los demás. Es por eso que nunca debemos centrarnos solo en lo superfluo y juzgar a los demás sin comprenderlos primero.

Aquellos a los que les gusta pagar la cuenta, no lo hacen porque estén cargados de dinero, sino porque valoran la amistad por encima del dinero.

Los que toman la iniciativa en el trabajo, no lo hacen porque sean tontos, sino porque entienden el concepto de responsabilidad.

Quienes se disculpan primero después de una pelea, no lo hacen porque estén equivocados, sino porque valoran a las personas que los rodean.

Aquellos que están dispuestos a ayudarte, no lo hacen porque te deban algo, sino porque te ven como un verdadero amigo.

Aquellos que a menudo te envían mensajes de texto, no lo hacen porque no tienen nada mejor que hacer, sino porque estás en su corazón.

Aquellos que se toman un tiempo para charlar contigo, no significa que estén desempleados o menos ocupados, solo saben la importancia de mantenerse en contacto.

Un día, todos nos separaremos unos de otros; extrañaremos nuestras conversaciones de todo y nada; los sueños que tuvimos. Pasarán días, meses, años, hasta que este contacto se vuelva escaso…

Un día nuestros hijos y nietos verán las  fotos con nuestros amigos y preguntarán ¿Quiénes son estas personas? Y sonreiremos con lágrimas invisibles, porque con una palabra fuerte se toca un corazón y dirás: ‘¡FUERON ELLOS CON LOS QUE PASÉ LOS MEJORES DÍAS DE MI VIDA!

Vía: Anónimo.

 

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Tema de la semana: Tema 2

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