Imaginen que el grado de relación con una persona se maneja exactamente igual que una cuenta bancaria, donde podemos efectuar depósitos que aumentan positivamente nuestro saldo y retiros que lo afectan negativamente. Esto es lo que llamaremos nuestra “Cuenta Bancaria Emocional”. Mientras más depósitos hagamos, nuestra cuenta tendrá saldo a favor en caso de cometamos alguna equivocación con “esa” persona en particular, haciendo que el valor de la relación no decaiga. Al contrario, si no tenemos suficiente saldo, en caso de realizar cualquier retiro, por muy pequeño que este sea, la relación de seguro ira muy mal. Incluso, en ocasiones existen relaciones con saldos tan negativos, que terminan afectando a ambas personas, sin tener siquiera la mínima intención de compartir en la misma habitación o intercambiar un par de palabras.
¿Cómo será esto en caso de un matrimonio? Cada acción positiva que se hace aumentará el valor de la cuenta emocional, pero también habrá acciones que mermarán poco a poco la relación pudiendo terminar en divorcios complejos, donde la mayoría de las veces todos pierden (casi siempre los hijos), ya que la pareja no tiene la mínima intención de invertir su tiempo en mantener el amor, la comunicación y la confianza que en algún momento los mantuvo unidos.
Piensa ahora en lo siguiente, si te encuentras con alguien de tu infancia, es fácil retomar la relación justo en el momento en que quedó, comienzan a aparecer los recuerdos, las anécdotas, etc. La “Cuenta Bancaria Emocional” tendrá el mismo saldo con el que estaba al momento de dejar de ver a esa persona. En cambio, con nuestros familiares es muy diferente, ya que debemos procurar hacer depósitos casi diariamente, debido a que mientras más cercana sea la relación, más esfuerzo debemos poner en mantener la cuenta con saldo positivo, ya que el grado de conocimiento emocional entre las partes lo necesita.
Ahora que ya sabes lo que es la “Cuenta Bancaria Emocional”, compartiré contigo los seis depósitos principales que te pueden ayudar a mantener en orden tus relaciones. Cada uno de ellos se complementa con los demás y si logras usarlos de forma responsable y sin intenciones superficiales, podrás vivir en armonía con todas las personas que te rodean.
El primero de los depósitos es “comprender al individuo”, que es uno de los más importantes que podemos hacer ya que consiste en preocuparse por los intereses de la otra persona de una manera profunda, querer conocerlo en esencia y entender sus motivaciones. Por medio de esto, aprenderemos también a conocernos a nosotros mismos, ya que dejaremos de lado nuestro ego y nos enfocamos en aquellas cosas de importancia para los demás, que, aunque parezcan triviales ante nuestros ojos, podrían ser lo más importante del mundo para ellos.
Segundo depósito es “prestar atención a las pequeñas cosas”, que consiste en reconocer que en una relación las cosas más grandes son los pequeños detalles, una sonrisa, una caricia, una pequeña aspereza, un roce, un saludo, una mirada, etc. Cada gesto positivo o negativo, por pequeño que sea, puede hacer que la relación sea más llevadera o se convierta en un verdadero infierno. Eso sí, siempre dependerá de la percepción e interpretación de una de las partes. Por eso se escucha decir a menudo, “se enojó, si yo no hice nada”.
El tercer depósito es “mantener los compromisos”, supongo que esto es obvio para todo el mundo, ¿verdad? Nunca te comprometas más allá de lo que seas capaz de cumplir. Si satisfaces las expectativas, esto se convertirá en un tremendo depósito para tu cuenta emocional, pero si fallas, es un retiro difícil de recuperar, ya que es uno de los cimientos en donde se sostiene la confianza.
El cuarto depósito es “aclarar las expectativas, consiste en conversar sobre lo que esperan los integrantes de una relación cada uno del otro. Siempre estamos trabajando sobre supuestos, es cosa que recuerdes las conversaciones que tuviste hoy por la mañana, siempre dejamos algo implícito que después ocasiona diferencias, ambas partes esperaban que la otra actuara de tal o cual manera, pero el tema nunca se puso sobre la mesa y luego todo salió mal, somos víctimas del “pensé que…” o “creí que…”. Este punto es muy importante ya que puede generar desilusiones o falsas esperanzas, por lo que recomiendo siempre aclarar lo que seremos capaces hacer o lo que no haremos dentro de la relación. En todo caso, es un tema muy delicado ya que se necesita bastante respeto para escuchar y coraje para ser escuchado. Si no me crees, haz la el intento.
El quinto depósito es “demostrar integridad personal” y esto se refiere a ser consecuente entre lo que decimos y lo que hacemos, algo como adecuar la realidad a nuestras palabras. Ser fieles a nuestras declaraciones. Esto pasa con alguien que dice que guardará un secreto y despeñes ventila todo lo que le confían, se convierte en una persona poco integra y al largo plazo nadie confiará en ellos. Como ejemplos, debemos pensar siempre en defender a los que no están, decir la verdad y reconocer nuestros errores de inmediato. La regla de oro; “Si alguien habla mal de una persona delante tuyo, lo más seguro que hablará mal de ti en presencia de otros”.
El sexto depósito es “disculparse sinceramente cuando se realiza un retiro”, eso tiene que ver con la manera en que nos disculpamos cuando sabemos que hemos cometido un error, debemos pedir perdón sincero y comprometernos a que no volverá a ocurrir, pero recuerda, si abusas de las disculpas reiteradas por un mismo tema, tu relación se verá afectada ya que perderás la confianza de la otra parte. No cumplir es uno de los retiros más grandes que se le pueden hacer a la cuenta bancaria emocional.
Vía: libro “Los siete hábitos de la gente altamente efectiva” Stephen Covey